La Palma es una de las islas más bonitas y naturales de nuestro archipiélago, pero también una de las más aisladas y olvidadas por las administraciones públicas y las compañías aéreas. Su situación se ha agravado tras la erupción volcánica.
En las fechas navideñas que se aproximan, muchos palmeros (no residentes) que viven en la península o en el extranjero quieren volver a su tierra natal para reencontrarse con sus familias y amigos, pero se encuentran con unos precios desorbitados para los billetes de avión. Según hemos podido comprobar, el precio medio de un vuelo de ida y vuelta entre Madrid y La Palma, entre el 23 de diciembre y el 7 de enero, ronda los 600 euros, lo que supone un incremento del 30% respecto al año pasado. En algunos casos, el coste puede llegar hasta los 800 euros o más, dependiendo de la fecha y la hora de salida y llegada.
Estos precios son inasumibles para muchos palmeros, que tienen que renunciar a viajar o hacer un gran esfuerzo económico para poder hacerlo. Además, suponen una barrera para el turismo, que es uno de los sectores clave para la recuperación de la isla tras el impacto del volcán.
La falta de competencia entre las aerolíneas que operan en La Palma, la escasez de plazas disponibles y la insuficiente bonificación por parte del Estado a los no residentes canarios son algunas de las causas que explican estos precios abusivos. También influye la bonificación del 75% para los residentes canarios, que ha aumentado los precios para el resto.
Desde Palmerus, creemos que las autoridades competentes tienen que tomar medidas urgentes para garantizar la conectividad aérea de La Palma con el resto del territorio nacional y europeo, y que ofrezcan precios razonables y asequibles para los viajeros. La Palma no puede seguir siendo una isla inaccesible, marginada y discriminada por su lejanía y su singularidad. La Palma merece ser una isla abierta, integrada y valorada por su belleza y su riqueza.
