Cristina Álvarez, ganadera afectada por el volcán: “Prometen ayudas que no llegan y te aburres porque ves que te dicen mentiras”

Palmerus sigue intentando ponerle cara y voz a los afectados por el volcán para contar cómo se vive la pérdida más de un año y medio después. Hay tantas realidades como afectados, cada uno con su drama personal. Pero hay una característica que se repite en muchas -demasiadas- historias del postvolcán: la falta de ayudas y la sensación de abandono.

Cristina Álvarez es ganadera. Ella y su maridoperdieron bajo la lava una cuadra de vacas y dos fincas de plátanos en La Laguna. Lleva, como tantos ganaderos, 18 meses esperando una ayuda por la pérdida de su medio de vida. “Prometen y prometen que vienen, pero no llegan y así llevan desde el año pasado y te aburres porque ves que te dicen mentiras”, nos cuenta. Cristina ni siquiera sabe, porque no se lo han dicho, cuánto dinero va a recibir de ayuda.

Tenía la cuadra y las fincas desde hace más de 20 años. Cuando llegó el volcán para llevarse el fruto de toda una vida de trabajo y sacrificios, Cristina y su marido ya no debían nada a los bancos después de haber pagado tres hipotecas desde que se casaron. Ahora, para poder empezar otra vez, ellos y también sus hijos han tenido que volver ahipotecarse.

“Tenía 13 animales, entre vacas y becerros, y cuando llegó el volcán los tuve que llevar a una cuadra prestada en Argual. Después de varios meses pedimos un préstamo para poder comprar una finca y ahora estamos con las letras al cuello”, explica. “Pero teníamos que hacer algo. Aquí en el nuevo terreno tengo un pajero en el que me caben 4 vacas y las demás las tengo en relvas que me han prestado amigos”.

“Estamos esperando las ayudas a ver si podemos hacer algo más grande para poder poner a todas las vacas, pero no acaban de llegar”, nos repitecon pesadumbre. Por la cuadra que está sepultada iban a recibir una compensación de Agroseguro, “pero no hemos recibido nada, aunque siempre que les preguntas te dicen que ya está arreglado”.Por los 11 celemines de plátanos que perdieron tampoco han recibido ni un euro.

Cristina nos cuenta que al principio sí que recibieron alguna ayuda del Cabildo y del Ayuntamiento de Los Llanos, del reparto de las donaciones. Y que para los insumos les ha llegado “una mínima cantidad de dinero a cuentagotas”.

“Todas las mañanas entro a mirar la cuenta del banco a ver si han ingresado algo y nada, lo único que veo es que la cuenta va para atrás porque se van cobrando lo que debemos”.

Pero, a pesar del cansancio, por fuerza hay que salir adelante y ni ella ni su marido pierden la ilusión, nos asegura rodeada de las plataneras de su nueva finca, porque en breve empezará a cortar las piñas y con eso podrá ir pagando algo de lo que debe.

Su plan más inmediato, cuando reciba la ayuda, es ampliar la cuadra para poder tener juntos a todos sus animales. “He tenido que ir vendiendo algunas vacas y me da mucha pena porque lastenía desde hace mucho tiempo”, cuenta apenada.

Cristina Álvarez nos ha contado su historia sin un ápice de rabia, pero tampoco hay resignación en sus palabras. Cuando ya tendría que estar pensando en disfrutar del descanso merecido tras toda una vida de trabajo, le ha tocado hacer borrón y cuenta nueva y empezar de cero y, por ahora, sin la ayuda que hace más de un año que le prometieron esos responsables políticos que, sin pudor y sin vergüenza, se llenan la boca hablando de los cientos de millones que han llovido sobre La Palma.

Si esta isla se recupera, será gracias a personas como ella. “Hay que seguir luchando, no hay otra, por mis hijos, por mis nietos y por nosotros”.

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