El presidente de la Asociación de Productores Agrícolas para la Reconstrucción (APAR), Ramón Hernández, ha declarado en una entrevista con Palmerus que los agricultores a los que representa abogan por recuperar la superficie y producción previas al volcán y denuncia que “están reorganizando nuestras propiedades sin tenernos en cuenta”.
El propietario de fincas bajo las coladas explica que no está de acuerdo con la concentración parcelaria propuesta en el decreto agrícola para la reconstrucción del Valle de Aridane porque “se ha hecho de espaldas a los afectados”, y recuerda a quien opine lo mismo que “si estás en contra tienes que manifestarse, si no dices nada es como si estuvieras a favor”.
Ramón Hernández ha explicado que la asociación de afectados que preside, APAR, “surge de la necesidad de los propietarios de las fincas arrasadas por el volcán que intentamos simple y llanamente participar en la reconstrucción. No nos olvidemos que el suelo que se llevó el volcán tiene dueño, nosotros somos conscientes de ello”.
Cuestionado sobre si deberían agrupar la unidad de acción entre plataformas de afectados por el volcán, Hernández responde que “sería más fácil tener políticos de altura que fueran conscientes que hay un ordenamiento jurídico que hay que respetar, y que tuvieran en cuenta a la propiedad en lugar de estar enfrentando a personas.”
“No creo que el problema seamos las personas que nos hemos organizado para defender nuestros derechos”, comenta Hernández, que añade que “APAR no nace el día uno del volcán, lo hace en febrero de 2022 ante la falta de soluciones de plataformas y asociaciones donde no vemos reflejadas nuestras peticiones.”
El presidente de la asociación relata que “de nuestra primera reunión, a la que acudieron unos 40 agricultores, salió un documento en el que pedimos que se nos respete superficie y producción. No es ninguna quimera, que además la isla es más grande ahora.”
Hernández argumenta que “se podría recuperar la producción salvo que te pongas a hacer carreteras sin ton ni son, que creo que es lo que se ha hecho”. Según el entrevistado, desde las administraciones “están generando problemas que no habían antes, y cuando no puedes lidiar con esos problemas, parece ser que los culpables somos los que estamos reclamando lo que queríamos”.
El presidente de APAR fija la vista en lo que hicieron los habitantes de La Palma tras la erupción del volcán de San Juan, en 1949, expresando que “en el 49 los palmeros de antes se pusieron a trabajar, se fueron al monte, cavaron tierras, y en 1955 ya se estaba produciendo sobre las coladas del volcán”.
El entrevistado considera que hay que buscar tierra con la que sorribar las coladas dentro de la isla, y para ello “hoy en día, el único territorio del Valle que está catalogado como minero está en el Riachuelo”, señala. “Sé que hay un colectivo de vecinos preocupado con la extracción de áridos de esa zona, pero podría sustituirse por cenizas del volcán, seguro que daría de sobra”, ha propuesto Ramón Hernández.