
¿Cómo una persona llega al punto de cambiar completamente unos hábitos que tiene desde que nació?
Lo primero que hay que saber es que no todas tomamos la decisión de dejar de consumir productos animales y sus derivados de la misma forma o por las mismas razones. Yo voy a hablarte de mi proceso, que es el que conozco.
Erase una vez, en una casa cualquiera, en una navidad cualquiera; una niña de catorce años vio algo que la traumatizó, algo que ya no podría salir de su cabeza nunca más, algo que la marcaría para siempre. Si suena como el principio de una historia de terror es porque, para ella, lo fue.
Su madre decidió preparar pierna de cabrito y, aunque hasta ese momento siempre había comido carne (de hecho, le encantaba), su cerebro hizo una conexión. Vio la pierna de alguien, de un bebé que había nacido hace unos meses y que, hasta hace unos días, la había utilizado para caminar.
Esas navidades no pudo cenar y poco después tomó una decisión “no quiero volver a comer carne”.
Sobra decir que a su madre casi le da un jamacuco cuando escuchó esto… ¿Cómo iba a manejar la situación? Aun así, tuvo la tremenda suerte de que ella lo aceptara y la ayudase en todo lo que podía.
Yo no empecé siendo vegana, sino vegetariana. Todavía consumía productos de origen animal como huevos, leche, queso, miel… Pero aun así ¿sabes lo difícil que era conseguir sustitutos vegetales de la carne en La Palma por esas fechas? Hoy en día hay de todo en lo supermercados, pero intenta comprar tofu allí hace 10 años, la gente no sabía ni lo que era. Gracias a que, en los pocos herbolarios que habían, algo encontrabas y las legumbres se encargaban del resto.
Pongámonos en situación. Una niña, vegetariana, en La Palma, por allá por el 2013… ¿Te imaginas lo loca que todo el mundo pensaba que yo estaba? Mi madre se esforzaba un montón en ser comprensiva conmigo. De mi padre ni hablemos porque creo que a día de hoy sigue intentando superarlo. Mis amigas y amigos de esa época no llegaban a entenderlo del todo, me hacían mil preguntas, algunas ofensivas, otras solo curiosas.
Por otro lado, mi abuela alucinó. Yo siempre iba a comer a su casa después del instituto y lo poco que recuerdo de esa época es que, la pobre, como no sabía que cocinarme, me tuvo meses a base de coliflor hervida. Tarde muchos años en poder volver a comerla después del empacho.
Tardé bastante tiempo en dar el paso hacia el veganismo para dejar de consumir todo producto de origen animal. Por un lado, porque no había adquirido por completo la consciencia; y por otro, por la presión y el estigma social que había .
Se que estarás pensando “¿Pero consciencia de qué? si no te los estas comiendo…¿con eso basta, no?”, “A las gallinas no las matan para quitarles sus huevos, ni a las vacas para sacarles la leche”. Profundizaremos en estos temas otro día. Por ahora, y de manera resumida, te diré que sigue habiendo una explotación hacia los animales para obtener estos derivados y que de la misma manera que los animales que se asesina para consumir sus cuerpos, la gallina que pone huevos y la vaca que te da leche acaban en el matadero. Quedarme en el vegetarianismo no era ni alternativa, ni solución.
Como iba diciendo, fue varios años después, cuando me vine a vivir sola y empecé a ser responsable de mi misma, cuando di el paso. Corté con todo.
Y lo creas o no, de repente las cosas comenzaron a cobrar sentido para mi. Fui más consciente de mi alimentación, comía mucha más variedad de alimentos y mucho más saludable. Comencé a ser activa en el movimiento, ayudando, apoyando y participando de manera directa. Comprendí que hasta este momento, yo realmente no estaba haciendo nada por los animales. No estaba salvando a nadie siendo vegetariana.
Hoy en día, me siento bien, siento que por fin (en mayor o menor medida) estoy contribuyendo para hacer que este sea un mundo mejor para todas sus habitantes.
No tengas miedo, cuestiona tus hábitos. Que sea algo que hayas hecho toda la vida no significa que esté bien. Empatiza, busca tus razones, prueba cosas… ahora mismo es muy fácil, no como antes.
Por último, si tienes a una persona cercana que ha decidido dar el paso, está en el proceso o que simplemente se lo plantea, apóyala. Apóyala porque es muy valiente, porque no merece que la pisoteen por tomar una decisión positiva como esa.
No te pido que lo entiendas, pero si que no la machaques. Todas hemos vivido situaciones desagradables con familiares y amigos por ser veganas o vegetarianas y no todas somos lo suficientemente fuertes para aguantarlo. Es más, nadie tiene que aguantarlo. Por eso, no seas parte del problema, sino de la solución.
@mayantigo_vegan