El día 18 de octubre, a la rueda que regula el grado de indignación entre la ciudadanía del Valle de Aridane afectada por la erupción volcánica, le dieron un nueva vuelta. Ese díadiferentes medios de comunicación se hicieron eco de las manifestaciones de Don Román Rodríguez, Consejero de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos, que como representante del Gobierno de Canarias en sede parlamentaria manifestó que: “el Gobierno no se endeudará para reconstruir La Palma porque vienen curvas”.
Es preciso recordarle al señor Vicepresidente del Gobierno de Canarias, que cuando se dio por finalizada la erupción volcánica, miles de ciudadanos se enfrentaron a la dura realidad de que toda una vida de trabajo y de esfuerzo, se encontraba sepultada por la lava. No les quedaba nada, ni lo recuerdos, solo un enorme dolor e incertidumbre. En ese momento solo tenían para aferrarse, la confianza en la palabradada por los gobernantes insulares, autonómicos y estatales, que en forma de promesas les permitió albergar la esperanza deque la recuperación sería posible, que no se encontraban solos, que no les iban a fallar. Hoy cuando han transcurrido diez meses desde que el volcán dejó de verter lava y cenizas, todas aquellas expectativas se han ido desvaneciendo y no les queda nada a lo que agarrarse, porque esos gobernantes, cual trileros dialecticos, les han robado la ilusión.
Esos mismos gobernantes, pretenden contrarrestar la creciente frustración, con una estrategia propagandística con mucha fachada pero con fondo hueco, para ello muchos han sido los eslóganes que han sacado del tintero. Los que con mayor frecuencia utilizan son “tenemos un plan”, “no vamos a dejar a nadie atrás”, cuando lo que hay es falta de generosidad, falta de transparencia y mucha improvisación. El otro con el que han inundado las portadas de diferentes medios, tiene como lema que, “somos más fuertes que el volcán” y en parte no deja de tener razón, fuerza tenemos, lo que no vemos es el respeto que merecemos. El paso del tiempo permite que esta afirmación no admita interpretación, por el contrario la ratifica, ya que a quien se encuentra desesperado ante un presente y un futuro plagados de incertidumbre, el hecho de que quien tiene las herramientas para despejar tantas dudas, juegue con el engaño una y otra vez se convierte, en la más vil de las faltas de respeto.
Hay gobernantes que han convertido la mentira y la incoherencia en un deporte, para el que entrenan con frecuencia. Prueba de ello es que constan en la hemeroteca, unas declaraciones de Don Román Rodríguez allá por el mes de abril del año 2020, en las que analizaba el papel de las políticas públicas ante los efectos que el covid iba a tener en la economía y decía que: “el único camino que hay para afrontar las situaciones de crisis y sus consecuencias sociales es el endeudamiento”. Esa forma de actuar en política ha contagiado a más de uno y es la razón de la creciente desafección,entre la población del Valle de Aridane, al gobierno del que forma parte Don Román Rodríguez y que dirige Don Angel Víctor Torres, otro aspirante al título de campeón del engaño. Es lo que pasa cuando se pierde la credibilidad que ustedes mismos se han ganado a pulso, bajo la creencia de que pueden mentir y además hacerlo con impunidad, pero no olvide que esos engaños están teniendo unas consecuencias más devastadoras en la vida de las personas afectadas por el volcán que la propia lava.
Señor Rodríguez, a estas alturas no nos sorprenden sus bandazos ideológicos, pasando de un discurso izquierdista mitinero a adoptar posiciones conservadoras a la hora de gestionar con criterios de austeridad la mayor crisis causada por los efectos de una catástrofe natural de la que se tenga constancia en la historia reciente de Canarias; el fuego deja el sitio, el agua también, lava no dejó nada, sepultó para siempre quince millones de metros cuadrados de vida. Tampoco nos extraña su ligereza ideológica cuando pasa de enarbolar la bandera del nacionalismo canario de izquierdas y progresista a practicar un insularismo sectarioe insolidario, para usted hay Islas e islas, se ve que los ciudadanos de La Palma, estamos en el segundo grupo.
Sr. Rodríguez, las curvas no vienen, al Valle de Aridane ya llegaron, lo que también tenemos claro es conductores como ustedes nos terminarán desriscando
Juan Ramón Rodríguez Marín