Se dice, se rumorea, se comenta… y que quede claro que no lo dice esta vieja, sino que lo apostillan por ahí; que últimamente se menta mucho a un tal Pedro.
Las malas lenguas (ya sabes, esas de otra gente con malicia) comentan que últimamente todo lo que no se sabe, no se decide o se hace mal, es culpa de un tal Antonio. Perdone mis hijos, me refiero a un señor que se llama Pedro, aún no me han dicho el parentesco para poder ubicarlo, pero dicen que el hombre no da pie con bola.
¿Pues no estaba yo hablando con Carmencita, y va y me dice, que lo vecinos de Puerto Naos y la Bombilla siguen erre que erre con entrar a sus casas, y que los están multando?
Pero bueno, el cuento no es ese, el cuento es que al parecer no tienen cómo decirles que no pueden entrar en sus casas, y se ponen a multar y esas cosas. Y mira, resulta que el nuestro Presidente del Cabildo de La Palma le acaba de pedir ayuda al señor Pedro (ese que dije antes), para que haga no sé qué cosa o Ley (eso no me lo explicó bien Carmencita), para que no les dejen entrar de verdad. Y digo yo, ¿si la cosa estuviese negra, no habría ya algo para decirles a esos vecinos, que no pueden ir?
Yo lo que le dije a mi amiga es que no puedo opinar, porque cada día entiendo menos, se entra, no se entra; se limpia, no se limpia; se multa, no se multa; y ahora llamando a Pedro (que me gustaría poder sacarle yo el parentesco, pero con los datos que me dan, no aún no lo localizo).
Tengo que reconocerles, que la edad empieza a pasar factura a esta vieja, pero juraría que Paquita, la que vive allá por Amagar, me habló de ese tal Pedro el otro día. Me dijo que la Alcaldesa de Los Llanos no deja de echarle la culpa por cobrarle la contribución a los vecinos de abajo (pobres mis hijos, que no pueden ir a sus casitas y encima les quitan las perritas).
Al parecer, ese chiquito no da una, pero pensaba yo que el Ayuntamiento tenía algo que decir de la contribución. Paquita dice que eso es un jaleo, pero yo no lo entiendo muy bien, porque si no quieres cobrarles, y la culpa es de ese señor (al que aún no le relaciono parientes), antes de mandarles el recibo, avísales y cuéntales lo que va a pasar, antes de que se pongan nerviosos. Aunque otra cosa es, que le echen la culpa a ese chiquito porque vieron a los vecinos enfadados, y entonces salieron a decir algo o nada para no quedar muy mal en esas cosas modernas de los “istraramam y fasbore” esos.
Yo a mi edad no voy a decir quién tiene la culpa, pero me huele raro (y yo ya pinto en canas), que veo a unos echando culpas a los otros, luego los otros a los unos y al final el pueblo, la isla y todo va para atrás. La hija de Paquita me dijo que ella cree que esa gente está mal asesorada, o que los asesora algún enemigo; pero yo de eso la verdad es que no sé, solo sé que hay un rebujón y que si sigo escribiendo se me van a pasar las papas que tengo al fuego.
Esta vieja se pregunta si realmente nos están gobernando o desgobernando, si nos sobra gente o no, porque antiguamente no había tanta gente y los pueblitos salían, la gente se ayudaba y uno progresaba, al Alcalde se le escuchaba y respetaba. Esta juventud de ahora lo tiene complicado, porque si van a esperar a que los ayuden los que votamos, se van a quedar sin comer.
No seré yo la que se meta en dar conclusiones, puesto que desde mi ventana y detrás del visillo me entero de todo sin que me vean, pero echar las culpas a los demás de todo es un poco feo, la verdad es que cosa como esa no vi antes. Si uno tiene un trabajo para ayudarnos y tomar decisiones, tendrá que decidir.
El Pedro ese no es que me encante (que ya investigué un poco más de él), porque mucho promete y aún estamos esperando (alguna mentirita soltó que yo me enteré), pero si todo lo tiene que decidir él, ¿para qué tenemos tantos diciendo que deciden, y cuando tienen que hacerlo, lo culpan a él?
Si algo aprendí, porque saben mis hijos, que sabe una más por vieja que por diabla, es que la gente aguanta hasta un punto, y que tanto revoltillo no va a dar nada bueno.
La vieja del Visillo