
Muchas son las lecturas que se pueden hacer de los resultados electorales de nuestra isla querida, pero en lo que todos coincidiremos es en que el mensaje de cambio que demandan los palmeros y las palmeras ha llegado alto y claro.
La soberbia es una de las “cualidades” más satisfactorias para quien la ejerce, porque tiende a nublar la vista cual astigmatismo desbocado, empodera al caballero (o caballera) y le atribuye cualidades propias de un ave fénix. Sin embargo,tiene un coste muy elevado porque la ceguerasuele ser pasajera, con fecha de caducidad. Por regla general, no se suele alargar mas allá de los 4 años que dura una legislatura. ¿Conocen ustedes, queridos lectores, algún político (o política) dominado por la soberbia? Estamos seguros de que, sin salir de esta isla, en menos de 5 segundos ya han pensado en dos o tres.
Sin ir más lejos, nuestro presidente del Cabildo, Mariano Hernández Zapata, ha sucumbido todo un mandato bajo la influencia de la dichosa soberbia. Vamos a darle el beneficio de la duda y a decir que ha sido de forma inconsciente; vamos a suponer que esa soberbia de Zapata no es un defecto de fábrica y que, simplemente, se le subió el cargo a la cabeza.
Pero casi todo en esta vida tiene arreglo y la medicina que le han recetado los votantes ha sido la más letal: un baño de humildad, acompañado de una vuelta a la casilla de salida. Lo que se dice un “fuerte estoperazo” de toda la vida (no sabemos si la expresión está recogida en el Diccionario de canarismos, pero debería) que bien le puede servir para recapacitar.
Pero para golpe y baño de humildad el que se ha dado su mentora Noelia García Leal, quien, a diferencia de su discípulo, gobernaba en Los Llanos por méritos propios con mayoría absoluta, porque no olvidemos que Hernández Zapata representaba a la fuerza política insular menos votada que, abrazada a un PSOE con menos rumbo que la barredora de Cecotec, presidía el Cabildo palmero.
Y es que, el golpe electoral de García Leal ha desplazado al PP como fuerza más votada, lugar que ocupa ahora CC, y las posibilidades de los populares de mantener el gobierno son equivalentes a la probabilidad de acertar el número de la Bonoloto de esta noche.
Taponazo también el que se ha dado el PSOE palmero que, aplicando no sabemos qué tipo de lógica o razonamiento, pensaban mantener e, incluso, mejorar sus resultados después de haber dado cancha a Zapata durante 4 años para que hiciera y deshiciera a su antojo. Y aquí nos permitirán los lectores hacer uso de una variante del palmerismo que citábamos más arriba: ¡fuertes estoperos!
Tendrán el consuelo, al menos, de decir que el batacazo ha sido de Pedro Sánchez y de todo el PSOE a nivel nacional. El PSOE palmero conserva, al menos, sus reinos caciquiles al norte y noroeste insular, fruto de la guerra vernácula que mantienen los nacionalistas en esas tierras. Una guerra que diezma la caja del gofio nacionalista y que se replica en la villa bagañeta donde los resultados de las diferentes escisiones nacionalistas suman una mayoría más que generosa.
¿Cambiarán las cosas en La Palma? No lo sabemos, es pronto para hacer augurios. De lo que sí estamos casi seguros -porque es parte del ADN de los políticos, aquí y en Pekín- es de que volveremos a presenciar una pandemia de ombliguismo, donde los ratones acabarán con las reservas del grano mientras los gatos matan el exceso de celo a base de arañazos. Como diría el mago, ajolá nos equivoquemos.
Doña Rosita