Mariano Hernández Zapata habla de un Plan de Recuperación de La Palma “ordenando de manera responsable y valiente un nuevo modelo de desarrollo para la isla.” Todo ello, sin que, a día de hoy ni sepamos cómo ni quién ha redactado el Plan. El presidente guarda el secreto y parece que quisiera llevarse él solo el mérito de la tremenda hazaña de planificar los próximos 10 o 20 años de la isla.
Los mal pensados podrían suponer que empieza su particular campaña electoral buscando forjar un protagonismo que quizás quedó diluido durante la erupción entre tantas visitas de presidentes y ministros. Nunca antes el Gobierno de España y el Gobierno de Canarias habían actuado con la contundencia que hemos visto a lo largo de estos meses de emergencia y puede que Zapata no quiera pasar a la historia como mero anfitrión y por eso empieza ahora a trabajarse su propio papel estelar en esta tragedia.
El borrador del Plan de Recuperación de La Palmase presentó a los afectados como “una nueva etapa en la que se debe proyectar una nueva idea de isla que no mire al futuro, sino que lo alcance y lo materialice”. Toda una declaración de intenciones que no sabemos muy bien en qué se concreta exactamente. A colación de esta situación, el expresidente del Cabildo José Luis Perestelo, en una entrevista concedida a los micrófonos de 7.7 La Palma Radio manifiesta: “Gestionar a golpe de ocurrencia se evita con la creación de un consorcio”, y es que para el expresidente Perestelo, la gestión de Cabildo de La Palma ante la situación post-volcán obedece a pura improvisación. Y es que, no se equivoca Perestelo cuando afirma que; “El Cabildo de La Palma no ha aprobado proyecto de reconstrucción alguno… un consejero del PSOE así me lo ha confirmado”. Cierto es que, a día de hoy no existe acuerdo alguno por el Cabildo palmero para la aprobación de un Plan de Reconstrucción para La Palma. Igual de cierto es que, Perestelo no sea el mejor Santo a procesionar por estas fechas para solventar las inclemencias naturales, pero aquí le sobra razón. Cuestiones diferentes son las ocurrencias de un presidente, Hernández Zapata, entretenido en vender historias propias del género Western.
Mientras escuchamos por todos lados peticiones muy concretas de los afectados, medidas y partidas de ayudas aprobadas casi a diario por otras administraciones, Zapata nos pide que no miremos al futuro, sino que los alcancemos y lo materialicemos… sea lo que sea que eso signifique.¿Qué proyecto de isla tiene en mente el presidente del Cabildo?, ¿aprovecharemos para cambiar nuestro modelo económico basado en turismo y agricultura o lo reforzaremos? A parte de la recuperación de las infraestructuras y de la recuperación de las viviendas, ¿cuáles son los siguientes pasos a corto, a medio y a largo plazo?¿va a implicar esta recuperación a todos los municipios de la isla o solo a los del Valle? ¿se ha trabajado el plan con los ayuntamientos? Ojalá el Plan de Recuperación tenga todas las respuestas, pero si no se han trabajado con todos los sectores económicos de la isla, con todas las instituciones, con todos los municipios, con los colectivos sociales y profesionales y, por supuesto, con los propios afectados… quizás no van a ser las respuestas adecuadas.
No perdamos, en esta nueva etapa post-volcán, la unidad que se puso de manifiesto desde que, aquel desdichado 19 de septiembre, la isla se abrió para acabar con el trabajo de toda una vida de miles de personas y para ponernos al borde del precipicio económico y social. Quien crea que esa misma unidad no hace falta ahora, quien crea que es el momento de personalismos, quien crea que recuperarse de la mayor catástrofe natural que ha sufrido este país en muchas décadas no requiere un trabajo concienzudo de muchas cabezas pensantes, se equivoca. Tal y como dice el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, del célebre Miguel de Cervantes, “El año que es abundante en poesía, suele serlo de hambre”
Este Plan de Recuperación no puede ser uno más. Es el plan de nuestras vidas y de las vidas de nuestros hijos. Que nadie intente usarlo como trampolín político porque esto no es un juego. Pedimos -exigimos- a nuestros representantes políticos que estén al nivel del reto que se nos presenta.