Famoso fue el experimento realizado por Iván Petróvich Pávlov que acabo por definir el condicionamiento clásico y concretar la ley del reflejo condicionado en el estudio moderno del mayor desconocido de nuestro cuerpo: el cerebro.
El estudio determinaba la respuesta que tenía su perro (en realidad varios) a ciertos estímulos, concretamente cuando escuchaba una campana que anunciaba la llegada de la hora de su comida, el animal comenzaba a salivar, relacionando el sonido directamente con la llegada del alimento.
Durante mucho tiempo la entrada de inversión pública ha sido vista en nuestra isla como la llegada de una tarta de cumpleaños, donde todas las personas implicadas en la distribución de la misma tendrían su parte, algunas (la mayoría) dándole un uso correcto, en relación con la gestión que les ha sido encomendada, otros, desgraciadamente, aprovechando la coyuntura para beneficiar a sus allegados, o incluso a ellos mismos.
La erupción volcánica de cumbre vieja del 19 de septiembre de 2021 determinó una reacción rápida por parte de todas las administraciones donde se ha abierto ese grifo de los millones para regar el campo de coladas que dejó a su paso el volcán: planes de empleo, carreteras, ayudas directas… millones y millones han llegado a la isla, algunos mejor gestionados, otros de forma más dudosa, algunos más justificados, otros digamos que no tanto y aun así necesitamos y necesitaremos mucha más ayuda si queremos volver a ser lo que fuimos hace un año o incluso generar una mejor situación para todos.
Las malas costumbres adquiridas y heredadas durante décadas nos han llevado a esto: responsables políticos salivando cuando ocurre una desgracia natural de este tipo, viendo la gran oportunidad para sacar a relucir todos aquellos proyectos que por incapacidad o inoperancia han sido aparcados en una suerte de cajón de los deseos prohibidos; convirtiendo una situación absolutamente aberrante para la ciudadanía en su gran ocasión, su gran momento, su sueño americano.
Esto implica que directamente las prioridades se difuminen, todo se desdibuje en un marco de ocurrencias donde todo cabe, colocando en los primeros puestos de salida aquel plan general que en tres legislaturas fui incapaz de adelantar ni medio centímetro, ese instrumento especial de desarrollo turístico de Puerto Naos estancado desde hace más de una década, infraestructuras concebidas en su forma, que no en su fondo para el beneficio de mis afines, obras destrozando el terreno más joven del país y dejando en lo último de la lista una cobertura social digna a los desplazados, la agilización de los trámites para la construcción de viviendas provisionales, la cesión de suelo para la construcción de vivienda definitiva, la perdida de renta agrícola, soluciones para los vecinos de Puerto Naos, La Bombilla y Las Manchas o el cierre del anillo hidráulico.
No estamos viviendo el gran sueño americano, señores representantes, en su caso estaremos viviendo una pesadilla inimaginable para todos hace escasamente un año, no es momento de andar a cuatro patas salivando, sino de erguirse y dar la cara, poner por delante lo que debería de estar siempre en esa lista de prioridades que es el interés de todos los palmeros y dejar de lado esas viejas mañas y costumbres que no nos harán salir de este túnel lóbrego en el que estamos.
Entre tanto la campana sigue sonando… el tiempo dirá quién tiene la capacidad de razonar por encima de esos impulsos primitivos.
Compay III
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